La marcha de Monolito me ha hecho plantearme dudas con respecto a los viajes sin retorno. La película "Los que se quedan", que siembra conciencias y recolecta premios allí por donde pasa, me ha dado muchas respuestas.
Habla sobre la emigración Méjico-EE.UU. desde el punto de vista, precisamente, de aquellos que se quedan, los que esperan noticias, los que esperan la llamada desde el locutorio. Los que no vuelven a verles. Incluso habla de aquellos que vuelven, pero ya han perdido toda identidad, hasta el punto de que incluso las piedras les molestan.
Los directores, Carlos Hagerman y Juan Carlos Rulfo (por cierto, ¿alguien se anima a actualizar su biografía?), hijo de un reputadísimo escritor (sí), ponen el piloto automático delante de sencillas familias que tienen mucho que contar y poco que esperar cuando, impotentes, asisten al vaciamiento de sus pueblos y a la fuga de cerebros y corazones.
Niños que juegan tiznándose la cara. Hombres borrachos que analizan el porcentaje de mentira de su gobierno. Mujeres que han asumido la muerte de sus maridos entre cuentas de collares. Agentes de inmigración que, por flojera, abandonan la persecución. Perros empapados. Mochilas The North Face. Gorras de NY... Es emotiva hasta los créditos finales.
Lo mejor fue el microclima multicultural de la sala donde la exhibían, con familias enteras entre las que había una niña pequeña que, al finalizar la película, y para regocijo de todos los amantes de las ironías que allí estábamos, dijo en voz alta: "¡Quiero ir a un MacDonalds!". Los niños, niños son.
domingo, 19 de julio de 2009
Los que nos quedamos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Gracias por la recomendación, lo tendré en cuenta ;) está bien eso de hacerle la competencia a Carlos Pumares, jeje.
Es una película distinta, que seguro que pronto estará accesible online por canales legales, como "Home". En cuanto a Pumares... shhhh, no digas que le hago la competencia que no querría verlo mosqueado.
OLI I7O
Precisamente Home la vi el pasado fin de semana. Qué buena. Ojalá cambie la forma de vida de alguno. La pena es que una gran parte de los que, viendo estas cosas, dicen que van a ser más respetuosos con el ambiente sólo aguantan unas semanas.
Publicar un comentario