Me encantan los billetes de cinco. Lo mío es auténtica pasión. Muchos pensarán: "Bueehh... pues a mí me gustan los de 500". Pero no es mi caso. Siempre pago con billetes de veinte o diez para provocar un cambio. Un cambio en billetes de cinco.
El otro día me junté con mi récord personal de billetes de cinco en mi cartera: ¡13! La ocasión merecía compartirlo con vosotros.
He pensado en el origen de esta monetomanía y creo que viene de la época en que curraba de camarero, cuando tener billetes de cinco era fundamental para poder devolver cambio a los clientes. Recuerdo quedarme sin billetes de cinco y pedir alguno a los compañeros desesperadamente: "Bueenooo... pero solo me quedan tres; te doy uno". Siempre era así. Por eso, hoy, pasada aquella época, aún conservo esa pasión (¿necesidad?) por tener billetes de cinco.
viernes, 15 de mayo de 2009
¡Y en billetes de cinco!
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2 comentarios:
Pasión extraña y divertida! Esta entrada me ha arrancao una gran sonrisa... esas curiosOLIdades tan personales ;)
jejeje... vaya un crack/personaje que estas hecho... :)
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