Sólo hay una persona en este planeta que posiblemente haya sentido un respingo en lo más profundo de su memoria al leer el título de esta entrada. Se trata de mi muy mejor amigo, llamémosle Tomás Luis para preservar su intimidad (cuando pueda enlazarte en algún sitio, lo haré).
¿Y quién es J. Michael Popovich? ¿Qué tiene que ver mi amigo Tomás Luis con J. Michael Popovich? ¿Qué hacen los dos orbitando alrededor del planeta Oli?
En 1994 vi, por primera vez en mi vida, una película en versión original en cine, en el ya desaparecido ciclo Mestizo de Murcia. Cada lunes, ponían una película para que los pobres murcianos, que no sabíamos lo que eran los Renoir, pudiéramos ver películas minoritarias (y algunas, no tanto), en V.O.
Como decía, mi primera película fue "Blade Runner", de Ridley Scott, odiada y amada a partes casi iguales, y que yo no había visto antes. La impresión de ver esa película en V.O. en cine fue tal que, desde entonces, sitúo allí uno de los vértices del origen de lo que soy.
La siguiente película que fui a ver, el lunes siguiente, fue "Amor a Quemarropa", por cierto, del hermano de Ridley, Tony. Fui con mi amigo Tomás Luis, y me encantó. En uno de nuestros desvaríos, durante los títulos de crédito, se nos ocurrió apuntar un nombre al azar de los técnicos, con su función en la película:
En ese momento, hicimos un pacto: "A partir de ahora, vamos a quedarnos a ver los títulos de crédito de todas las películas que veamos, a ver si volvemos a ver a J. Michael Popovich".
La vida de mi amigo y la mía han seguido en contacto. Fue la primera persona que llamé al volver de Nueva York, y hace un par de semanas durmió en mi casa de Madrid. Pero nunca hemos hablado de J. Michael Popovich. Nunca le he dicho que desde que vimos "Amor a Quemarropa", me quedo a ver los títulos de crédito, a ver si encuentro a J. Michael Popovich.
Esta semana me he vuelto a acordar de aquel episodio, y, como estamos en la era IMDB, he buscado a Popovich con éxito. Ha seguido haciendo de key grip (algo así como handyman -jefe manitas- en iluminación, creo) en varias películas, muchas de las cuales no he visto en cine, motivo por el cual siempre se me ha escabullido.
La amistad se manifiesta a través de muchos símbolos. Y si J. Michael Popovich se ve enlazado aquí, probablemente no entenderá nada, pero, amigo Popovich, que sepas que has jugado un papel muy importante en mi amistad con Tomás Luis. Llamémosle así.
4 comentarios:
Ay,ya dije sentir debilidad por lo que escribe el tipo verde.
Sí, lo mejor de las películas sale en los créditos. Que nadie se vaya del cine sin leerlos, jejjeee.
P.D.(Aunque nada tenga yo que ver con Tomás Luis)
¡Y pensar en lo que me alegró comprobar que eras de esos! En fin, lo importante es que te quedas hasta el final, aunque no doy crédito al motivo.
Quedarse hasta que la pantalla vuelve a blanco es como respetar el instante de silencio al final de la música y esperar a que el director baje los brazos antes de aplaudir. En realidad yo no suelo leerlos, pero me parecería irme con la película a medias.
P.S. Mi agradecimiento a Tomás Luis y al amigo Popovich por hacer que te quedes.
Que entrada más curiosa, ha hecho que salgamos a la luz aquellos que solemos quedarnos a ver los créditos. Mi amiga María y yo tenemos un ritual que consiste en que vamos buscando nombres al azar, a ver cual da con el más gracioso (he de reconocer que mi amiga y yo sentimos una extraña perversión por los nombres curiosos...).
Además hoy en día en las grandes super producciones los nombres salen a borbotones, a cuatro columnas y todos muy pegaditos, así que nunca sabes que sorpresa te vas a encontrar... Bye!
Que sepas que yo también he seguido buscando infatigablemente al señor Popovich después de cada película. Incluso llegué a pensar que ya no había vuelto a hacer cine nunca más. No se me ocurrió lo del IMDB. Por cierto, guardaagujas, me ha gustado mucho la comparación que has hecho con lo de las manos del director. Completamente de acuerdo.
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